«Perfume...».
Claudia estaba llorando y de inmediato se puso tensa. ¿Cuándo había olido Alejandro a perfume en los últimos cinco años? La fragancia era tenue, como un aroma traído por la brisa, imperceptible si no se prestaba atención. Era imposible que hubiera estado en el bar o en una reunión de negocios, porque allí las mujeres no usarían fragancias tan tenues.
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