Segundos después, el hombre bajó la mirada, pero no había rastro del niño que había visto antes. Como era de esperar, había entrado al baño después de agradecerle y se encontraba en uno de los cubículos. Alejandro frunció los labios y el ceño. No podía concentrarse en lo que decía la persona al teléfono. «¿Acaso fue una ilusión?». ¿Acaso comenzaba a extrañar a los dos niños que anunciaron que se tomarían un descanso de las transmisiones en directo? ¿Por eso pensó que había escuchado la voz del niño llamado Nahuel?
—Señor Calire, tengo otras ideas con respecto a esta colaboración. ¿Por qué no acordamos un momento para…?
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