Solo Griselda podía entrar para hacerse el chequeo, así que los demás tenían que esperar afuera. Alejandro se apoyó contra la ventana y, por instinto, se tocó el interior del bolsillo antes de acordarse de que no había tocado un cigarrillo en mucho tiempo. Parecía que no había cambiado el hábito de querer fumar cuando estaba nervioso.
No fumaba mucho en el pasado, pero hacía un año que había dejado de hacerlo. Fue después de que se había acostado de forma accidental con Victoria y no podía olvidar su cuerpo y el aroma. Era como si se hubiera vuelto adicto. Comenzó a besarla de vez en cuando, lo cual sucedía en cualquier lugar y momento, ya que se rehusaba a desaprovechar la oportunidad de hacerlo.
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