Las palabras de Andrés contenían demasiada información, lo que hizo que Victoria se sintiera incómoda cuando lo oyó. «¿Acaso el señor Camacho descubrió algo de mis hábitos alimenticios?». Al ver que tenía una expresión de desconcierto y las manos inquietas, él se rio entre dientes.
—Ha cambiado de gusto de repente, así que he hecho algunos ajustes según sus preferencias. ¿Hay algún problema, señora Calire?
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