Alejandro se quedó atónito por lo que dijo Victoria y no recobró los sentidos hasta luego de un momento. Cuando volvió en sí, notó que lo miraba de manera despectiva y angustiada. Cuando él se acercó, ella bajó la cabeza y continuó empacando; lo hacía mucho más rápido que antes. Ni siquiera doblaba bien la ropa, sino que simplemente colocaba todo adentro de la maleta. Alejandro le agarró la muñeca cuando ella se volteó.
—¿Por qué te vas de la habitación hoy? ¿No puedes esperar? —preguntó de manera apática—. Déjame adivinar. Es por el almuerzo que tuviste hoy con tu querido Noel, ¿verdad? —continuó con sarcasmo.
Obtiene más cupones de libro que los de la appRecargar
Ir a la app de Joyread
Sigue leyendo más capítulos y descubre más historias interesantes en Joyread