Capítulo 499 Ayuda
Sandra se encontró con los profundos ojos azules de Tadeo cuando se dio la vuelta, y al momento siguiente se inclinó hacia sus brazos.
—Tadeo… —Sandra pronunció su nombre con voz coqueta. Sonaba tan dulce y suave, como un sauce meciéndose con el viento o un eco del país de las hadas. Era tan agradable para los oídos que Tadeo se desorientó por un segundo. Podía sentir que su corazón se derretía—. ¿Intentamos salir? —preguntó Sandra en voz baja, con la cabeza hundida en el pecho de él.
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