Soledad se rio de su propia desgracia. Ignoró a los dos tortolitos y abrió el armario de Xavier para tomar cualquier camiseta que le sirviera.
Elena se había desmayado cuando fue «rescatada». Soledad no podía saber si Elena se había desmayado de verdad o si todo seguía siendo una actuación. Lo que Soledad pudo comprobar es que los ojos de Xavier ardían con suficiente furia como para quemarla viva.
Obtiene más cupones de libro que los de la appRecargar
Ir a la app de Joyread
Sigue leyendo más capítulos y descubre más historias interesantes en Joyread