Capítulo 39 Amo
Durante mucho tiempo, Susana sólo pudo desparramarse sobre la mesa mientras le suplicaba y jadeaba. Era obvio que Fernando no planeaba dejarla ir fácilmente.
Ya que ella había descansado bien, las manos de él se dirigieron hacia su cuerpo enrojecido y le dieron la vuelta para tenerla de cara a él. Luego, la levantó para sentarla en el borde de la mesa.
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