Capítulo 804 Otra noticia
—Fabián... Renata se quedó paralizada por un momento antes de intentar alcanzarlo. Sin embargo, la herida de su rodilla rozó el suelo, y la sangre brotó de ella. Una punzada de dolor la hizo caer al suelo. Sólo pudo ver cómo él se marchaba y cerraba la puerta tras de sí. «¿De verdad acaba de... encerrarme? ¡Y en una habitación tan espeluznante!».
—Fabián, Fabián... —Renata se levantó con dificultad y se dirigió hacia la ventana mientras murmuraba su nombre.
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