Capítulo 597 Es él
—¿Tienes hambre? Le pediré a la señora Francisca que te prepare algo de comida —preguntó la anciana Linares con ansiedad mientras miraba a Sandra, que se había hecho bolita en silencio en el sofá.
—Abuela —saludó Sandra a la anciana Linares, mirando a la anciana con aire vacío—. ¡Vi a Tadeo hoy! «Tadeo...». El nombre explotó como una bomba en su corazón. Pronto, las lágrimas brotaron de sus ojos. «Me siento como si fuese a llorar...».
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