Capítulo 103 Acabemos con esto

Después de colgar el teléfono, Fernando se dio la vuelta y fue hacia el baño. Eran casi las dos de la mañana. Había acabado de llegar apurado del trabajo, cuando tuvo la extraña idea de llamar a Samuel, pero no se imaginaba… «¿Esa mujer está enferma? ¿Muy enferma, dijo? ¡Hay que ser tonto para creerse eso! Cuando hablé con ella, parecía tan llena de energía». En aquel momento, cuando la familiar voz desapareció en el teléfono, Fernando sintió la inconfundible sensación de su corazón saltándole en el pecho. Su corazón, inundado de emoción por una simple voz y una simple frase. Este sentimiento irritó a Fernando, pero también le hizo extrañar aún más a aquella mujer. ¡Estaba incluso preocupado por ella! «¿De verdad estará enferma? ¿De verdad no se podrá levantar de la cama? ¿Esos doctores extranjeros sabrán lo que están haciendo?».