Su vuelo de la mañana siguiente cambió a un vuelo nocturno, así que cuando llegaron a casa, era casi medianoche. Desde lejos, Zhou Xiaoyu vio unos periodistas asediando la entrada del condominio. Se sentó derecha, con una expresión de sorpresa en su rostro. Aunque la dirección de su casa no se consideraba estrictamente confidencial, Xiao Yibo nunca había utilizado la entrada principal cuando iba a casa. Sin embargo, estas personas la estaban bloqueando con insolencia, era obvio que estaban tratando de distraer la atención de la prensa de las otras entradas. Se viró y miró a Xiao Yibo, que con los ojos cerrados fingía estar dormido.
—Yibo...
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