Ahora la Sra. Gao estaba en la sala. Cuando vio que Gao Wen se acercaba con la mirada ausente, la Sra. Gao se acercó a su hija y le sujetó su mano.
—Wen, hace rato no fue mi intención abofetearte. Por favor, no te enojes conmigo ¿sí?
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