—Hu Tu, no estoy tratando de imponerte mi opinión, pero nada bueno saldrá de tu relación con Ning Jian. Obviando lo que piense de mi hermana, tu relación con la Familia Ning… —Yi Li se detuvo al darse cuenta de que se había sobrepasado. Suspiró profundo y se levantó—. Esto debería discutirlo con Ning Jian. Espera aquí. Te voy a traer tus gachas.
Yi Li se sentía más aliviada luego de que Hu Tu se comió las gachas. En ese momento, su teléfono sonó y dejó a la chica para ir a responder. Un momento después, regresó a buscar su bolso que estaba en el sofá.
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