—Fue al mercado —le respondió Hu Tu luego de poner sus pensamientos en orden. Pensó un momento y añadió—: Tío Ning Jian, quiero regresar esta tarde al dormitorio estudiantil.
Necesitaba calmarse y acostumbrarse a estar soltera. De lo contrario, no lograría separarse de él. Ning Jian levantó la vista y miró a Hu Tu a los ojos. Al verlos rojos, sintió lástima por ella. Se inclinó de súbito y le dio un beso en los labios. Cuando vio la angustia en su rostro, le frotó la cabeza, lo cual le alborotó el cabello y dejó al descubierto la venda que le tapaba la herida en la frente.
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