—Señorita Mu, ¿está libre esta noche?
Mu Qiao habló en alemán, pero Andreas respondió educadamente en mandarín. Aunque su pronunciación no era del todo perfecta, su mirada parecía sincera. En un inicio, pensó que él se encontraba allí por asuntos laborales, pero para su sorpresa él estaba allí para buscarla. Por un momento se sintió avergonzada. Mirando hacia la habitación desde afuera de reojo, bajó la mirada para responderle.
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