Shen Beiyi oía los sollozos dentro de la habitación, en ese instante su corazón comenzó a palpitar al compás de ellos—. Xiaoxi —Se sentó en la cama junto a Ning Xiaoxi, compadeciéndose de él al verlo lloriquear en la cama.
—Mami Beiyi... —Ning Xiaoxi se incorporó y se aferró a sus piernas tan pronto como escuchó su voz—. Extraño a mi mamá. ¿Por qué todo el mundo tiene una madre, y yo no? —Cuanto más hablaba de ello, más lloraba; sus pantalones de mezclilla estaban empapados de lágrimas y se sentían calientes al tacto, poco a poco se fueron enfriando mientras Ning Xiaoxi se apaciguaba.
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