Miró hacia abajo, al acantilado abisal. Sus manos empezaron a sudar por el dolor de su pecho. Las barandillas de las cuales se sostenía se sentían resbaladizas al tacto. Shen Beiyi cerró los ojos y sintió que esa conexión especial palpitaba dentro de ella, ya que apuntaba hacia un lugar no muy lejos de donde estaba.
Miró a Ning Shaochen antes de subir por completo sobre la barandilla. En este momento, todo el mundo empezó a entrar en pánico.
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