—Está bien, son sólo unos días más. —Mu Qiao ajustó la posición de sus gafas. Llevaba unas con montura negra cuando trabajaba, ya que tenía una ligera miopía.
—Deberías irte si no tienes nada que hacer. Me molesta que te quedes aquí, ya que mi compañía tiene que pagarte por hora, además de tu alojamiento y comida. ¿Por qué tu empresa hace tanto escándalo por esto? —La voz de Han Chun se fue debilitando a medida que hablaba.
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