Después de meterse al auto, Mu Qiao cerró los ojos y gritó con fuerza, sentía dentro de ella un revoltijo de sentimientos indefinidos. Esto probaba ahora que había sido Mo Han, sin duda.
Antes de esto ella había estado preguntándose por qué él no estaba preocupado lo más mínimo por ella y su hija, cuando obviamente estaba vivo, pero ahora todo era más fácil de explicar; era probable que él ni siquiera quería reconocer su existencia. Como sea, ella había quedado como tonta; mientras pensaba en todas las ofensas que había soportado el año pasado y su añoranza por él, todo era una burla hacia ella.
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