Su Ya no quería que Le Jia le diera la comida. Tomó el tazón de las manos de Le Jia, y en vez de tomárselo con calma, lo hizo de un solo golpe y puso el tazón vacío en la mesita que tenía al lado. Le Jia limpió su boca con una servilleta.
—¿Que pasó Su ya? ¡Dime! ¿El aborto tuvo algo que ver con…? —Le Jia no se atrevía a continuar, pero necesitaba saber la respuesta, porque su reacción en aquel momento fue muy extraña. Su Ya miró a Le Jia con los ojos llorosos, pero no dijo nada.
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