—Llévame al hospital. ¡Quiero que me ingresen al mejor hospital y que me den el mejor tratamiento! Jajaja… —El señor Gao iba dejando un rastro de sangre que goteaba desde su pantorrilla mientras lo arrastraban, pero él no mostró el menor signo de dolor. En lugar de eso reía con fuertes carcajadas.
El señor Lin miró al tío de Ye Lin y al increíblemente arrogante señor Gao. La intensión asesina en él disminuyó cuando tomó una taza de la mesa de café y la estrelló contra el suelo, creando un sonido discordante.
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