Capítulo 157 La niñera

El sol de la mañana iluminaba la entrada del hospital cuando Hestia llegó en compañía de su suegra. Como siempre, su presencia era imponente, sin necesidad de palabras. Caminaba con seguridad, su largo abrigo oscuro ondeando con cada paso, mientras sus gemelas dormían en sus cochecitos modernos, forrados con los mejores tejidos, de diseño exclusivo y con cada detalle pensado para la comodidad y seguridad de los bebés. A su lado, la señora Deale mantenía la compostura, acostumbrada ya a la solemnidad de su nuera. Los pasillos del hospital estaban llenos de movimiento. Médicos y enfermeras transitaban de un lado a otro, pacientes esperando en sillas de plástico, algunos con rostros agotados por la enfermedad, otros con la esperanza de recibir buenas noticias. Hestia avanzaba sin desviarse, sin prestar atención a las miradas que inevitablemente se posaban en ella. No necesitaba que la reconocieran; su sola apariencia la distinguía del resto.