Capítulo 109 El evento de máscaras
Deméter había estado preparando una fiesta desde que Hestia se había sincerado con sus sentimientos y tres días después había visitado a Heros, para darle la invitación. Era la encargada de la organización y la decoración. Era un pasatiempo suyo organizar eventos. Estuvo ocupada en ese intervalo. Además, que le servía como celebración a todos los contratos que cerró y a los nuevos magnates y empresarias con los que se había asociado. El objetivo principal, por supuesto, era que su hermana y Heros Deale arreglaran su relación. ¿Matrimonio? Afirmaba con su cabeza, mientras se imaginaba a cargo de la organización de la ceremonia nupcial. Pero sus pensamientos se fueron apagando, pues Hestia era su hermana y era poco probable que decidiera casarse tan pronto. Si apenas había decidido entregarse a la felicidad y aceptar al hombre que amaba, no sabía cuánto duraría en querer pisar una iglesia; a ella le gustaba la libertad. Suspiró con tristeza, ya que no podía hacer uso de su habilidad para el decorado. Era domingo por la noche. Estaba en el segundo piso, viendo como entraban los invitados con sus atuendos elegantes y, sobre todo, con la prenda protagonista: las máscaras. Se había puesto un escotado vestido dorado, que revelaba su pierna izquierda, con un antifaz que iba en juego con ella. Le gustaba el oro entre todas las mujeres, era la que más brillaba y resaltaba. Movió la copa de vino en su mano, la acercó a su nariz y después bebió. Había contratado a una distinguida y afamada orquesta que proporcionaba la música, así como que artistas de género clásico. Había muchas mesas, repletas de comida y bebida, en el que había agregado algunos platillos de su país Alemania y también de la gastronomía francesa, como la de otros países, por lo que había para todos los gustos y preferencias. También licores, que eran de su marca, desde cerveza, vinos, jugos, aguas y gaseosas; a eso era lo que se dedica su empresa, el cual era el legado de sus padres: Industrias Haller. Sembraban trigo, cebada, uvas, centeno, maíz, entro otros cereales y frutas, para producir sus productos. Era por eso que, Hestia tenía tendencia a beber tanto vino, pero solo tomaba del que tenía la marca familiar y que se distinguía por tener una gavilla de grano, entrecruzado con una antorcha. Ya había hecho su parte, ahora les tocaba a ellos que hicieran lo suyo. Le dedicó una última mirada a su gemela malvada, que era acechada por una multitud de pretendientes. El héroe debía darse prisa y reclamar lo que era suyo. Se dedicó a supervisar que todo estuviera bien. Entonces, frunció el ceño, cuando vio a un mesero que parecía un inexperto. Siseó con los dientes, pero todavía no había nada grave.
Heros había llegado al sitio de la fiesta. Recordaba los viejos tiempos cuando fue a la fiesta de antifaces con Hestia. El sitio destacaba y era lujoso y enorme. La decoración resaltaba a la vista. Entregó su carta de invitación a los recepcionistas y se adentró en el lugar. Había muchas personas que iban y venían, mientras que otras estaban quietas en solo puesto; charlaban con otros o estaban solos. Había una razón por lo que estaba allí y no se contendría. De alguna manera, la visita de Deméter, había avivado todas sus esperanzas y lo había motivado a una última apuesta por estar con Hestia. Esta era el momento definitivo; lo serían todo o no serían nada. Entonces, vio al grupo de hombres reunidos. Ni siquiera tuvo que deducir que se trataba, porque Hestia distinguía en belleza ante las invitadas. Se fue haciendo paso entre la multitud, hasta que estuvo de frente ante su venerada diosa, que se había puesto un hermoso vestido escarlata, escotado, junto con una máscara del mismo color. El carmesí de su cabello combinaba de una manera impresionante con su atuendo.
Obtiene más cupones de libro que los de la app Recargar
Ir a la app de Joyread
Sigue leyendo más capítulos y descubre más historias interesantes en Joyread