Capítulo 73 La presa

Heros miró a Hestia con una intensidad que trascendía cualquier interpretación mundana de la atracción física. Ella estaba ahí, prisionera bajo su dominio temporal, pero aun así emanaba esa fuerza indomable que la convertía en el centro de su mundo. Cada curva de su cuerpo, resaltada por su postura, parecía estar tallada con una precisión hecha para tentarlo y desafiarlo. Su piel, clara y suave como mármol cálido, parecía emitir un brillo propio bajo la tenue luz del salón, haciendo resaltar aún más sus contornos. Cada línea de su figura, desde el arco de sus costillas hasta el contorno de sus caderas y el atractivo de sus piernas, hablaba de poder y confianza en su forma más pura. Sus ojos, esos cautivadores pozos verdes que lo habían hechizado desde el primer día, lo observaban desde detrás de su antifaz oscuro. Hestia mantenía la cabeza alta, una quietud desafiante en su expresión que se combinaba con la vulnerabilidad aparente de su postura; Todo en ella destilaba una tensión de contrastes. Su mirada seguía cada movimiento de él, evaluando, desafiando, incitándolo a ser más, a llegar más allá de sus propias fronteras.