Capítulo 163 Te arrastraste hasta aquí tú misma

Graciela sacudió de manera inconsciente la cabeza, pero luego asintió al recordar la espeluznante escena. La luz de la luna se asomaba por la cúpula de cristal, dándole una visión clara de Armando, que estaba al otro lado de la cama. Pudo ver con claridad su rostro. Frunció los labios, Graciela subió la cobija para cubrirse. Al cabo de unos segundos, se retorció dentro de la cobija, arrastrándose poco a poco hacia Armando. Graciela apartó una almohada en medio de la cama y se metió con rapidez en la cobija de Armando. Cuando se abrazó a su fuerte cintura con ambas manos, su inquieto corazón se calmó por fin.