Capítulo 143 Mero rechazo a admitir
Mientras asimilaba la calidez y la indulgencia que Armando transmitía a través de su mirada, Graciela no pudo evitar sentir unos inmensos celos hacia Mariana. De repente, sintió humedad en las comisuras de los ojos. La humedad y la sensación de frío no tardaron en extenderse desde su rostro al resto del cuerpo.
Graciela hojeó irritada las pocas fotos que María le había enviado. Lo hizo tantas veces que su visión se volvió borrosa por el esfuerzo de sus ojos y le dolía mucho el brazo de sostener el móvil todo el tiempo. Una vez más, su mirada se posó en los ojos de Armando y se dio cuenta de repente. Ahora entendía por qué Mariana le había echado agua caliente cuando visitó la Residencia de los Falcón con anterioridad.
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