Capítulo 132 Ganármelo con mi esfuerzo
Graciela no estaba segura de cómo había regresado al dormitorio. La temperatura corporal de Armando era tan alta que le parecía que se iba a quemar cada vez que tocaba su piel. El móvil de la mesita de noche vibraba cada dos segundos con algunas pausas ocasionales. Sin embargo, pronto comenzó a zumbar de manera frenética como si la otra parte no fuera a desistir si no se respondía a la llamada.
El brazo de Armando estaba en la cintura de Graciela. Ella vio de manera involuntaria el nombre de la persona que llamaba cuando intentó levantarse. De repente, se enojó un poco y comenzó a evitar los besos de Armando. Graciela alargó la mano, apagó el móvil y lo metió al cajón. Luego, se agachó y besó a Armando.
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