Capítulo 124 Rechazado

Armando sintió que una llama estaba a punto de encenderse en su cuerpo cuando el aire se llenó del olor dulzón del pastel. Tragó saliva y se acercó a grandes pasos. Graciela estaba engullendo el pastel cuando sintió que una fuerza la tiraba hacia atrás por el hombro. La pérdida de equilibrio casi la hizo gritar de miedo. Luego, con la cuchara de pastel en la mano, él la cargó y la llevó a la mesa del comedor. Antes de que Graciela pudiera reaccionar, un par de labios húmedos y cálidos se posaron sobre los suyos.