Capítulo 209 Confesiones sorprendentes
Decir que salimos de la habitación, sería mentir. Ninguno de los dos quiso hacerlo después de una larga sesión de sexo donde después de estar duchados (bañándose por separado) y acostados, no hubo poder humano que nos convenciera de salir.
El teléfono de Serkan suena por novena vez en el día y él responde mientras yo me acomodo en la cama. Hoy ha sonado mucho su teléfono, con mensajes de felicitaciones mientras otros se atreven a llamar intentando interrumpir nuestra sesión orgásmica.
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