Capítulo 184 Quejas egoístas
Camine hasta mi lugar de trabajo, mostrando que si soy Ross y no una usurpadora o algo parecido. Cuando todos salen del asombro, me pongo a trabajar, ordenando el lugar como todos, sin saber dónde está mi mamá y porque conoce tanto a mi jefe. Ese que le dice hermosa y que incluso, se atrevieron a decir que ella era su amor platónico delante de la hija de otro hombre.
Vaya que son un caso tremendo. Con mi madre, no es sorpresa. Ella está acostumbrada a ser tan abierta y sincera que avergüenza. Pero mi jefe, ese que ni siquiera sabemos su nombre… es sorprendente. Tanto que deja asombrado quién lo ve.
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