Capítulo 17 Mi chico popular
Mi corazón viaja a mil latidos por segundo, superándose latidos de un ratón, mientras él limpia y cubre mis heridas. Su atención, se encuentra tan centrada en ellas que no nota como yo lo observó embelesada mientras limpia mis heridas y con su aliento, suavemente seca el líquido antes de ponerme los apósitos.
Mientras me cubre de ellos, es que descubre que tengo heridas en ambas palmas de mis manos, mi codo y antebrazo izquierdo y una uña quebrada de mi dedo índice de mi mano izquierda. Mis heridas son leves, pero varias y aun llevando el cuatro apósito, deseo tener más heridas para disfrutar más su atención.
Así de mal estoy por Serkan Güneş.
— No uses más esa bicicleta. Siento que te trae mala suerte. Siempre que te veo en ella, te caes. — se queja terminando de curar mis heridas para guardar toda la basura en la bolsa dentro de la guantera.
Mi corazón se acelera al él acercar su mano por mis piernas y las posiciones de Cristian Grey y Anastasia en el auto, me hacen ruborizar mi rostro por completo y calentarme.
— ¿Te encuentras bien?
— Me he caído por verte. Las dos veces que ha pasado, han sudo porque he escuchado tu voz o te he visto. La bicicleta no tiene la culpa, soy yo quien no puedo controlar mis emociones. — murmuro ignorando su pregunta.
— Entonces, cuando estés en bicicleta, intentaré no estar cerca de ti. No me gustaría que siguieras lastimándote por mi culpa.
— Si vas a curar mis heridas, no importa. — respondo arrepintiéndome de inmediato por esa fuga de pensamientos.
Serkan sonríe ante mi comentario y coloca sus fuertes manos sobre el volante para marcharse. Mi pensamiento viaja a esa mano en mi cuello y ahogo un gemido al desear tener ese collar en mi cuello.
— Tendré que limitar mis acciones porque estar tan cerca, al parecer puede ser contraproducente.
— Sí… — susurro.
Ross, recuerda que la violación es un delito. No puedes lanzarte a sus brazos solo porque eso desees. Debe haber un mutuo acuerdo y él no está interesado en ti. No te confundas Ross o podrás salir lastimada más rápido de lo que pensaste — me recuerdo mentalmente.
— Serkan, hacia allí no queda mi casa. — comento intentando alejarme de la tentación.
— Lo sé. Recuerda que te lleve a casa cuando te desmayaste en el centro comercial. — responde sonriente.
— Deja de hacer eso.
— Hacer, ¿qué? — pregunta curioso mientras se lleva la mano a su mentón.
— Sonreír. Tampoco hagas eso. Te ves muy sexy y estoy intentando no pasar la línea de amigos que hemos pactado. — comento.
— Esto es divertido. Nunca había tenido una relación así.
Relación… dijo relación donde estamos juntas
— ¿Qué tipo de relación?
— Una tan sincera como esta. Sé que te gustó, pero no me genera incomodidad y tú sabes que no me gustas, pero hablamos bien, sin resentimientos o enojos por sentimientos no correspondidos.
>> Hablamos sin pensar que somos hombre y mujer que podrían llegar a algo más, porque sabemos que eso no pasará. Me ayudas a avanzar y yo a amarte, también muestro lo caballero que soy y tenemos momentos así que no significan que tengamos una cita o nos estemos acercando amorosamente.
Vaya golpe bajo. Esta remarcando límites para que toda esperanza que tenga se resultarle interesante y se enamore de mí, desaparezcan. Ross, date por vencida — digo mentalmente.
— Todo está claro y actuamos buscando sentirnos mejor entre nosotros y con nosotros mismos. Ese tipo de relación, no todo el mundo la tiene. Tanto es así, que te llevaré a mi lugar secreto, allí podremos tener nuestra siguiente clase, maestra.
>> Otra cosa que me gusta es que puedo hablarte en mi idioma y me entiendes sin ser de allá. Delante de mi familia, es normal. Pero con nosotros, es como hablar en clave, hablar en un idioma que nadie más entiende. Me siento bien estando contigo, Ross. Me siento muy cómodo.
— ¿Ni siquiera Katherine? — pregunto emocionada.
— Ni siquiera ella. Y aunque lo aprenda, no creo que pueda tener con ella la confianza que he comenzado a tener contigo. — comenta sonriendo.
Oh, Dios ¿Por qué hace todo difícil? Empezó marcando el límite de no enamorarnos y siento muy cómodo conmigo una especie de lenguaje especial para comunicarnos, ¿cómo puedo no aumentar mis esperanzas si me hace sentir especial? — pienso.
Dejamos la carretera y entramos a una parte deshabitada de la ciudad. Una parte que nunca había visto y de algún modo, me hace sentir nerviosa.
¿Será que me trajo para hacer algún movimiento? — me pregunto — Nah, sería imposible. No sé esforzaría tanto por alguien que babea por él.
— Hemos llegado. Pero, espera aquí un momento — dice quitándose el cinturón de seguridad y bajando del auto para rodearlo y abrir mi puerta.
Su acción me causa confusión y él extiende su mano para ayudarme a salir. Por lo que, quitó el cinturón de seguridad y acepto su ayuda, causando que me sonría.
— Me alegra que pueda tocarte. — comenta sonriente y yo me derrito
— ¿Por qué me dijiste que esperara? — pregunto curiosa.
— Me gusta ser caballero y abrir la puerta de mi compañera.
— Eres demasiado educado, tanto que no sé qué privilegios tendría tu novia frente a lo que haces con otras chicas — comento asombrada
Serkan suelta mi mano y siento de inmediato, su ausencia. Intento fingir que todo está bien y camino a su lado hasta recostarme a su auto como él lo hace.
— Tienes razón, no lo había pensado. Tendré que buscar una manera de recompensará cuando la tenga.
— ¿Cómo hacías con las que has tenido? ¿Nunca te hablaron de ello? — pregunto curiosa.
— No, no me hablaron al respecto, porque nunca he tendió novias.
Su confesión me toma por sorpresa y de inmediato busco sus ojos, por lo que, me coloco frente a él, buscando su mirada y que me diga que miente. Pero, no dice algo al respecto.
— ¿En serio?
— Sí, siempre he estado enfocado en las cosas que hago y por ello, no me he interesado en las chicas.
— Pero, has estado rodeado de ellas.
— Sí, pero no me interesan. Ellas son invasivas, buscan algo pasajero o alardear de nuestra relación. Actúan tan mal que no me dudaría que fueran superficiales y nosotros estamos acostumbrados a formar alianzas pensando en un matrimonio. Si la chica, actúa de tal forma y no muestra respeto hacia su espacio personal e integridad, no nos parece apropiada como pareja.
— Suena un poco cruel. — murmuro.
— Nuestra familia viene de tradiciones especiales, donde el sexo no es satisfacción sexual y ya, sino, la forma de unir más dos personas. El noviazgo no es besos lujuriosos y toques ofensivos, sino, conocernos para saber si estaría bien la unión de ambos. Por lo que, el estilo de las chicas de aquí, no está acorde con nuestras costumbres.
— Pero… eres el chico popular, pensé que tendrías varias novias o hicieras cosas de chico malo.
— Ross, no soy el chico popular de tus novelas o series. Si soy popular, es por el dinero de mi familia y por ser el capitán del equipo de fútbol. Eso no quiere decir que defina mi personalidad y me convierta automáticamente en el chico malo popular. Ahora, concéntrate en el lugar, las estrellas se ven desde aquí muy hermosas. — dice tomando mi mano y haciendo que me siente a su lado.
Rayos, este chico es perfecto. Incluso más que el chico popular de las historias que leo y lo tengo aquí, a mi lado, ¿cómo podría no enamorarme si mi chico popular es mejor que cualquiera que haya leído?