Capítulo 20 Buena noche
— Entonces, los libros y series, son tu escape a la realidad y tu maestro, ¿no es así? — pregunta desviando la mirada.
— Lo es. Ellos me han mostrado cosas que no había visto o no quería ver. Comprendí que confiaba en Cristian Grey más que en Anastasia, después de entender sus sentimientos y conocer su historia. Al principio, cuando leí el libro, entendía el temor de Anastasia por el desconocido y sexy Cristian Grey. Pero cuando leí todos los libros y volví a releer el primero, todo me pareció distinto.
>> Ya entendía porque Cristian era posesivo con Ana y porque empezó a tratarla distinto a las sumidas que había tenido. Entendí su relación tóxica y extraña y comenzó a parecerme una relación normal donde dos extraños comienzan a conocerse. Comprendí que sus discusiones, les enseñaba a entender el punto del otro y que no siempre uno tiene la razón.
— Eso es cierto. Nos enfocamos en tener tanto la razón que permeamos la realidad a nuestra conveniencia sin importar que a otros les afecte. — murmura con tristeza.
— También entendía que entenderse era un proceso donde no debías dar demasiado o poco, porque las cosas podrían dañarse y que cuando uno llega a un punto tan grande de conexión, renunciar es imposible. Aún en medio de desacuerdos y despedidas, es imposible renunciar al otro.
— Amas mucho ese libro, ¿no es así? — pregunta curioso.
— Amo muchos, pero ese fue el libro que me ayudó a comprender muchas cosas. Quitando lo sexual, me enseñó una historia importante: en la vida real no me sentía segura con las personas porque veía sus acciones y no su historia ni mucho menos lo que pensaban y eso me hacía sentir desconfiada.
>> Con los libros sabía literalmente todas sus emociones y pensamientos, también podía leer las últimas páginas y saber si quedaban juntos para que los desacuerdos y posibles renuncias fueran o no lo mejor. Por eso, soportaba sus actitudes toxicas, porque sabía que cambiarían y vivirían felices. Pero en la vida real no podía adelantar la historia y ver si se arrepentirán o no. Por lo que, empecé a entender que cada uno está en un proceso y cada uno lo vive a su manera. Sin necesidad de saber lo que viven, los entiendo y no me entrometo en ello, ya que, yo estoy en mi propio proceso de crecimiento. Así, vivo tranquila y enfocada en mí al punto que un estresor que ellos envíen, no me afecta.
— Aprendes mucho por si sola. Me dan ganas de leer mucho para llegar al nivel de madurez que has alcanzado.
— Cada uno tiene una forma de llegar a él. Quizás lo tuyo sea por otro medio. Pero si deseas experimentar con el mío, adelante. — respondo sonriendo.
— ¿Sabes? Creo que me está gustando esto
— ¿Qué? — pregunto confundida.
— Esto que estamos creando. Me gusta mucho ver la emoción en tu mirada cuando hablas de tu libro favorito. Con sólo verte entiendo tu amor por él y quiero experimentar eso. — comenta sonriente.
— Yo también quiero que lo experimentes…
Conmigo…
Calma, Ross. No te hagas una historia juntos tan rápido. — me regaño.
Sabiendo que debo controlar mis emociones, saco mi teléfono y abro la cámara de este para tomar una foto.
— El lugar es hermoso. Quiero guardar un recuerdo de él. — comento toma do varias fotos.
— Adelante, hazlo — dice sacando su teléfono y yo aprovecho para tomar una selfie.
— Sería bueno ver que estas clases te ayuden a encontrar lo que necesitas. — comento llamando su atención.
— Ojalá eso pase pronto. — dice levantándose de su auto y extendiendo su mano para que yo lo haga — Vamos, te llevaré a casa.
— De acuerdo. — comento y camino hacia la puerta del auto que él me abre.
Mientras él rodea su auto para subir, yo miro a mi alrededor para no enfocarme en que estamos solos en un lugar remoto. Cuando él se sienta a mi lado, mi corazón vulnerable, late con fuerza y se me corta la respiración cuando su mano toca levemente mis dedos al abrochar su propio cinturón de seguridad.
Rayos, pasar tiempo juntos me está afectando demasiado. — digo mentalmente
— En este lugar podríamos tener nuestras clases. Aquí no seremos interrumpidos y podremos hablar sin sentir miradas insidiosa o curiosas por nuestra conversación. — comenta y yo asiento.
Él enciende el auto y nos marchamos rumbo a mi casa. El recorrido me parece corto y me angustia al no poder verlo tanto como deseo. Pero, me ha dado más tiempo a su algo de lo que esperaba y me ha confesado muchas cosas que me hacen sentir cercana a él. Por lo que, me siento complacida al dejar de mirarlo desde la distancia, para tenerlo cerca.
Además, tengo una foto donde estamos los dos en la misma sin hacer ediciones para él. Así que, si algo es claro, he ganado mucho en tan poco tiempo. Llegamos a mi casa y él sale de su auto para abrir mi puerta mientras yo sonrió como tonta.
— Hasta mañana, Ross
— Hasta mañana, Serkan — respondo y me marcho hasta mi casa.
Hasta que no abro la puerta, no sube a su auto y yo me despido con la mano al abrir la misma para posteriormente cortar nuestro contacto visual. La emoción de estar con él me hace imposible no pensar que hemos tenido una cita. Por lo que, doy saltos emocionada por lo vivido.
— Este es el mejor día de mi vida. — murmuro emocionada para después, dirigirme a mi habitación y bajo la lluvia artificial de mi baño, recordar su compañía y como curó mis heridas.
La emoción me invade y termino de ducharme para conectar mi teléfono a mi computador y pasar las nuevas fotos tomadas, entre ellas, la primera que he tomado juntos. Emocionada, tocó la pantalla para delinear su hermoso rostro mirando su teléfono.
Su mano izquierda, siendo usada como soporte, mientras con la derecha lee la pantalla de su teléfono lo hace ver tan hermoso y sexy que gimo de la emoción. Él es mi perfectamente imperfecto Serkan y quiero que sea mío. Voy a proponerme a que lo sea.
Es difícil, pero no imposible y por ello, debo aprovechar los momentos juntos para poder acercarme a él. Quizás, ocurra un milagro. Uno que llevo semanas añorando y si ya pide cumplir el milagro de existir en su vida, subir a su auto, ser defendida por él, ser cuidada y estar en un lugar solos, puedo cumplir la tarea de enamorarlo de mí.
— Puedes hacerlo, Powell. Si algo puede pasar de imposible a posible, es contigo. Tú puedes, Ross. Tú puedes — me repito para recargar mi energía y preparar un plan para enamorarlo. Porque todo debe salir a la perfección
Hoy sin duda, fue una excelente noche.