Capítulo 12 Aceptar
Regreso a mi casa con toda la frustración recorriéndome, el sentimiento no desaparece al ser él quien sólo se ha acercado a mí por un beneficio y debo suspirar profundo para no perder la calma que me ha costado crear para estas situaciones. Esto me ha hecho sentir tonta, al pensar que él era diferente, pero lo que más me enoja es que aún lo quiero, aun me parece un hombre interesante.
— Sin duda, no tengo solución. Confesé abiertamente mis sentimientos, fui rechazada y me propuso una “amistad” por conveniencia para ayudarlo en algo que no siquiera sé cómo hacerlo. Esto es una locura— murmuro e intento concentrarme en leer para despejar mi mente.
Sin embargo, entre más pasa el tiempo, más tonta me siento, ¿por qué no lo acepte? No es la primera vez que se acercan a mí por interés, antes lo haga el chico que me gusta y con ello pueda tenerlo cerca, no es malo. No cuando a diferencia de paz veces, yo no obtengo beneficios, sino, comentarios hirientes. Pero él no fue así, ni siquiera cuando le respondí mal.
— Oh, Dios, ¿qué he hecho? — pregunto frustrada.
Aun me siento mal por su interés en hablarme para obtener un beneficio como todos, pero, por lo menos lo hizo amablemente y la verdad, sería muy irreal que él me hablara sin necesitar un favor mío, incluso se siente más irreal que él quien lo tiene todo, necesite algo de mí. El arrepentimiento por no aceptar, me golpea con fuerzas y yo me regaño por ser tan lenta para captar los beneficios y desventajas de este negocio.
Así me paso todo el día hasta que debo ir a clases, en la cual, poco participó y al finalizar, me marcho a la biblioteca. Mi ánimo está por el suelo y cuando siento que debo contarle todo a Yessica por estar relacionado con Serkan, ella no me contesta.
Como un ratón de biblioteca, como me llaman mis compañeros de clase, me voy al rincón más solo para leer. Tengo tantas cosas en mentes y la principal de ellas me mortifica al dejar ir la oportunidad de oro para estar cerca de él.
Por fortuna, el libro que escogí para leer, me ayuda a eliminar poco a poco mis pensamientos hasta llegar la noche. Allí, como es costumbre hace semanas, salgo y tomo mi trasporte para ir a la casa de Serkan.
Soy consciente que debería dejarlo ir ante lo que hice, pero una cosa piensa mi mente y otra hace mi cuerpo ante los impulsos del corazón, por lo que, cambio de táctica de vigilancia y decido que para no ser descubierta por él, lo mejor era cambiar de escondite e irme primero que él y esperarlo en su casa para poder verlo.
Pensando que es un buen plan, me marcho y al llegar a su increíble casa, busco un árbol donde treparme para poder mirar bien sin ser yo vista. Revisando el lugar, logro conseguir el árbol perfecto para ello y después esconder mi bicicleta, subo al mismo.
Las horas pasan y yo estoy por dormirme cuando el auto de Serkan llega acompañado de otro. Las grandes rejas que separan estas con el reto del barrio, permiten el ingreso a su hogar. Serkan, da la vuelta a la fuente ubicada en el centro de la casa y se baja de su auto para entrar a la misma.
Agotado, sube las escaleras de la entrada de su casa, pero se detiene cuando otro auto ingresa. Deseando ver más de cerca, saco mi teléfono para ampliar la imagen que tengo y sonrió satisfecha al ver mejor.
El nuevo auto se detiene y antes de salir la persona, la familia sale a recibirlo. La mujer mayor corre a tomar el maletín de su esposo y los tres hijos saludan al hombre de espalda ancha y fuerte que sube las escaleras.
Observar la forma en que esperan a un integrante de la familia, me resulta bonito, al pensar como todos suspenden sus actividades por darle bienvenida al hombre de la familia y como él seguramente se recarga de energía al ver a su familia sonriéndole.
Pero toda admiración desaparece, cuando el hombre levanta su mano y golpea a Serkan, mi corazón de detiene al ver cómo le da dos bofetadas, mientras él solo se mantiene quieto. Desde mi lugar puedo ver como lo señala y habla con molestia para después adentrarse a la casa, siguiéndolos todos.
Nadie se preocupa por Serkan ni mucho menos intentaron defender lo del ataque, sino que, entraron a la casa ignorando que un integrante de la familia, seguía fuera. Mi corazón de encogió al ver como Serkan limpiaba su boca y regresaba su auto para posteriormente salir de su casa. Rápidamente, me lancé del auto y tomé mi bicicleta intentando seguirlo el paso, pero fue imposible. Ya se había marchado.
Sin tener conocimiento de donde podría estar, me marcho hasta la universidad y lo busco en su facultad, pero no lo encuentro y corro hasta la cancha donde lo conocí y allí estaba, abandonado su frustración con un balón de fútbol. Encontrarlo alivio mi ansiedad y me entre a verlo patear un balón a la portería.
Estando solos y sabiendo que él tiene mucho en mente, me atrevo a sentarme en la parte de la grada más oscura para ser invisible para él y creo que eso logró, porque mi llegada no causa algún cambio y eso de cierto modo me alegra. Ser parte de su momento de liberación de frustración, me alegra, más cuando solo somos él y yo.
— Pensé que dejarías de espiarme con lo que me dijiste en la mañana. — dice sin mirarme y mi corazón se acelera.
Sé que habla conmigo, lo que no sé es que decirle. Lentamente mueve su rostro hasta donde me encuentro y nuestras miradas conectan.
— Me alegra que no te hayas ido, porque aún necesito que me ayudes a impedir que esto duela — susurra con tristeza y mi corazón, duele con ello.
Está vulnerable y se sincera conmigo. Sin duda, este es un acercamiento más profundo de lo que pensé llegar con él.
— ¿Me vas a ayudar? — murmura y yo asiento.
— Lo voy a hacer. — respondo y su sonrisa, me hace feliz.
— Gracias. De verdad, muchas gracias. — comenta y yo asiento evidentemente feliz. Escucharlo agradecerme, es un sueño hecho realidad.
Todo lo relacionado a él, lo es.