Capítulo 15 Ayudar mutuamente
— Las sorpresas son causadas porque no crees que una persona sea capaz de hacer o decir lo que realmente es capaz de hacer. Muchos subestiman a las demás personas porque creen que son tan simples como aparentamos ser, pero ignora que solamente demostramos nuestra verdadera personalidad a quién lo merece.
>> Ahora, volviendo a nuestro tema inicial, nosotros no estamos para complacerá a otros. Si realmente naciéramos con ese propósito, seríamos unos zombies que caminan a merced de quien tiene cerebro. Pero no somos así. Por lo que, debemos tomar nuestras propias decisiones sobre lo que queremos hacer y si esto nos fortalece. En mi caso, el hobbie que me ayudaba a salir de mi vida solitaria, fue mi maestro en los idiomas que ahora manejo muy bien.
Su rostro de asombro es increíble y el mismo nota su sorpresas cubriendo su hermosa boca para verse más sorprendido y atractivo, mientras los demás nos observan con atención.
— Realmente sabes mi idioma natal — murmura saliendo de su ensoñación.
— El punto es que, para que comiencen a dejar de importarte las opiniones de los demás debes hacer un análisis de lo que quieres y a qué estás dispuesto a renunciar. Sí lo que amas, puedes renunciar fácilmente, entonces no lo amabas.
>> Para qué las cosas dejen de importarte debes estar seguro de lo que sientes y quieres hacer. Esa es la primera lección que te daría. Por eso te pedí que escribieras que era lo que te gustaba y ahora debes escribir lo que te hace amarlo. Si tienes claro eso, podremos ir al siguiente punto.
— Hablaremos en turco a partir de ahora y cuando nos aburramos de ello, hablemos en coreano. Es bueno hablar con alguien más mis idiomas de origen y que estos no sean mi rigurosa familia. — comenta sonriente.
— ¿Realmente hablaremos tanto al punto de aburrirnos de hablar en turco?
— Espero que así sea. Porque si antes me acerque por querer algo de ti. Ahora veo un poco más de ti, me resulta interesante. Ross, no me equivoque en buscar tu ayuda y también, aprovecho este momento para disculparme, por haberte hecho sentir mal al buscarte solamente por querer tener un beneficio de ti.
>> Cuando te pedí ello, ignore el hecho que estaba actuando como las personas con las que me fastidia estar y por ello te pido disculpas por actuar como no era. Eres una chica interesante qué no deja de sorprenderme y sé que yo también te voy a sorprender. Porque si algo comprendí en estos días que hemos hablado, es que podemos ayudarnos mutuamente.
— Entiendo que podría necesitar ayuda en algunas cosas, pero, me gustaría saber, ¿en qué cosas quisieras ayudarme? — pregunto curiosa.
— En amarte a ti misma por encima de todo. Que, así como me ves como tu motivación para salir adelante feliz, encuentres eso al mirarte al espejo.
— Me asustaría si lo hiciera — respondo en un susurro y él toma mi mentón para que levante mi mirada y lo escuche con atención.
— Ross, en esta vida, debes recordar todo lo que has hecho para cuidarte y ser feliz, debes recordar que fue tu fuerza lo que te hizo estar donde te encuentras y ser fuerte ante los demás. Fue tu determinación lo que ahora te hace ser experta en idiomas complejos y ser tan inteligente, yo no tuve algo que ver en tus triunfos y nadie más que tú merece ese reconocimiento.
>> Tú vas a enseñarme a ser fuerte y yo te voy a enseñar a amarte por lo que eres sin depender del amor que tienes hacia otro para ser feliz. Serás independiente emocionalmente, porque solo tú mereces mirarte como me miras y ser feliz por el hecho de dar un paso al frente. Aprenderás a amarte con locura, que ningún amor que sientas hacia otro ser tan grande como el que sientes hacia ti misma. Entonces, únicas tú fuerza y además de no afectarte lo que digan, podrás defenderte sin ser ofensiva.
— Creo que así estoy bien. Me enamore de un chico que no quiere hacerme daño y con ello, ya he ganado. — murmuro.
— Mereces más y así como tú me estas ayudando a salir de mi zona de confort, yo lo haré contigo, verás que una pequeña diferencia, te ayudará.
— ¿Cuál es esa diferencia?
— Sentirte valiosa y demostrar que lo eres. El mejor traje que puedes tener es el de una mujer segura, empoderada y fuerte. Ya has avanzado mucho, solo falta un poco más y yo te ayudaré — responde sonriente tomando mi mano para apretarla un poco — nos ayudaremos para ser mejor.
Decir que no me siento feliz de ver cómo es él realmente, sería mentirme. Aunque he estado espiándolo y nunca lo vi siendo grosero con alguien, el que sea así de dulce conmigo, hace que mis sentimientos por él crezcan y ello me hace feliz. Tanto, que olvido por un segundo donde estamos y lo que hablamos, mientras me imagino todo lo feliz que podría ser a su lado.
— ¿Qué es esto? ¿Una clase de idioma? — pregunta alguien observándonos con burla y de inmediato, quitó mi mano de la de él.
— Lo siento, se me olvidó qué no debo tocarte. — murmura retirando la mano de la mesa.
— No es eso. Ya no me desmayó cuando me tocas, es solo que puede malinterpretarse. — respondo peinando con nerviosismo mi cabello.
— Oh, entiendo. Ahora que dices que tocarte no te afecta y he comprendido aún es verdad, ¿Podrías decirme por qué te desmayaste temprano? ¿No habías comido bien o fue algo que hice? Lo pregunto para no volverlo a hacer por lo menos hasta que puedas enfrentar sin problema ello.
— Tu cercanía. Aún no puedo ser fuerte ante tu cercanía y el que me sostuviera para no caer, es algo que agradezco, pero de lo que aún no estoy acostumbrada. — murmuro avergonzada.
— Oh, era eso. Lo entiendo, pero, ahora que lo pienso, no dejaré de hacerlo si vuelve a suceder. Prefiero que te desmayes a que te lastimes. — confiesa y ello es un ataque directo al corazón que me deja en la lona.
Dios mío, ¿cómo puedo no malinterpretar sus palabras? ¿Cómo puedo olvidar mis sentimientos por él o recudirlos si él no coopera? ¿Cómo puedo estar un paso frente a él y no desmayarme si no he superado algo cuando ya está haciendo latir desenfrenadamente mi corazón? Mi teléfono suena llamando la atención de todos y yo tomo el mismo rápidamente notando que es la alarma para mi siguiente clase.
— Debo irme, nos vemos — digo huyendo de la biblioteca para no hacer más el ridículo.