Capítulo 140 Prohibiciones
Decir que no me sentía feliz por la emoción de mi padre, sería mentirme. Desde que nos había tocado huir, no lo había visto sonreír, sino, estar ausente o preocupado. Incluso ahora se había desmayado por el cansancio y si me pongo a buscar algún recuerdo de él en el hotel, el último fue hace dos semanas y cuando llegué, ya se iba. En su cara se veía el agotamiento y en estas semanas, había envejecido diez años.
— ¿C-có-mo pasó? ¿Ese chico…?
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