Capítulo 18 Acostumbrarse
Quisiera decir que sus palabras no me emocionan, pero es mentira. Saber que no es un chico mujeriego, me vaya tranquilidad y el no haber tenido novia, me emociona. El lugar, es bonito. Desde aquí, se puede ver Steel y sus edificios iluminados mientras las carreteras están llenas de autos. El lugar es tranquilo mientras nos muestra una ciudad llena de trancones por la hora.
Quisiera mirar a detalle el cielo, pero me resulta más interesante, el chico frente a mí. Este hombre, me sorprende de tantas maneras que me resulta imposible renunciar a él e inmediatamente, comienzo a comparar mi conducta para saber si se arriesgaría a tener una relación conmigo. Mi corazón se emociona al confirmar que no soy una chica superficial que lo busca por su posición social. Él mismo ha dicho que soy distinta y quizás, aunque haya colocado un límite en nuestra relación, pueda pasarlo.
— Serkan, ¿no sientes la necesidad de tener novia? — pregunto en un susurro.
— No, pienso que debo enfocarme obtuve en ser lo más apto interna y externamente, para buscar una pareja. Algo que también me ha cohibido de tener una novia, es ver las relaciones a mi alrededor, todos se hacen novios como si fuera una obligación pedir y aceptar ser novios.
>> Nadie analiza sus virtudes y no virtudes y mucho menos la del otro. Por ello, al poco tiempo, se ven conflictos por las diferencias de personalidades y desacuerdos por esas diferencias. No quiero una relación perfecta, ninguna lo es. Pero si quiero analizar primero si es con esa persona con quien quiero estar. Ya que, si quiero a alguien como mi novia, es para tener un apoyo y compañía que pueda comprender mi situación y yo la de ella. Eso aun no lo he conseguido y por ello, no me desespero y me concentro en prepararme para ser un buen hombre cuando ella aparezca.
Ya aparece, gira tu rostro y podrás verme — suplico mentalmente al no tener la fuerza para decirle ello.
— Entiendo. — susurro.
— ¿Y tú, has tenido novio? — pregunta mirándome por primera vez desde que comenzó a ver el cielo.
— Sí, tuve un novio en la escuela. Aunque podría decirte que no fue un novio, sino, una apuesta. Yo era su apuesta y la ganó. — digo encogiéndome de hombros.
Si de algo me arrepiento en mi vida, es haber caído en la trampa de Mark, pero ya tuve suficiente tiempo para detectarlo y aprender de ese gran error que cometí.
— Vaya, eso no me lo esperaba. La chica callada, me ha ganado teniendo noviazgos. — se burla.
— Siguiendo tu pensamiento anterior, no es una competencia que ganar sino, una experiencia de la que aprender. Comparto tu idea, es preferible concentrarse en ser mejor persona y sanar heridas que uno tenga para que la persona que vaya a estar con uno, no sufra por lo que no nos causó. Es saludable tu pensamiento y lo voy a colocar en práctica para mi siguiente pareja.
— ¿Ya tienes en mente quien será?
Tú — respondí mentalmente.
— ¿Tú has pensado en alguien? — pregunto evadiendo su pregunta.
— Aun me queda mucho por sanar, por eso no me desespero por tener una chica a mi lado. Pero creo que si la consigo pronto, serás la segunda persona en saberlo. Me has caído tan bien, qué quiero contarte esa novedad cuando suceda.
— ¿Quién será la primera persona en saberlo?
— La chica a quien se lo pida — responde con una sonrisa para después, mirar hacia el cielo mientras se acuesta en su auto colocando la palma de sus manos en su cabeza.
Ojalá yo fuera la primera en saberlo — digo mentalmente.
— Bueno, continuando con la lección, ¿sabes porque lo amas y si ese amor es suficiente para no renunciar?
— Sé porque lo amo, comencé el deporte por querer salir de la presión en la que me encontraba con respecto a mis estudios y lo que mi familia espera de ellos. Inicialmente, jugaba solo, pateando al arco, imaginando adversarios y haciendo jugadas.
>> Cada vez que tenía un conflicto con mi familia o algún problema con mis estudios iba a la cancha más cercana y me imaginaba jugando o si traía el balón, jugaba con él. En una de esas veces, me encontró un grupo de chicos y me ofrecieron jugar mientras llegaba su entrenador, acepte y allí empezó todo. Me vieron potencial y el entrenador me convenció de intentarlo. Para cuando mi familia se enteró, llevaba meses jugando. Me pidieron renunciar y estábamos en medio de un torneo. Les propuse renunciar si no ganábamos…
— Y lo hiciste. Por eso, sigues en él.
— Exacto. Demostré que era capaz y por ello, me exigieron mostrarlo siempre. Muchas veces he sido… regañado por resultados mediocres y por ello, a veces siento veces siento la calma que sentía al jugar, desapareció desde que mis padres se enteraron.
>> Anteriormente, lo hacía para liberar mi frustración y por ello, me sentía bien jugando. Pero cuando se enteraron, tuve que exigirme más para demostrar que si era bueno en ello y desde allí, tenía que seguir demostrándoles eso. La presión que sentía en mis estudios, se extendió hasta el fútbol y ya dejó de ser mi refugio para liberar mi estrés, pues convertirse en uno más de ellos.
— Por eso, no me genera dolor al pensar que tendrías que renunciar al fútbol si te lo piden.
— Me gusta jugar, pero ya no siento la emoción de antes. Ahora, sólo me concentro en ganar y ello, muchas veces me impide disfrutarlo.
— Entonces, ¿Quieres renunciar a él y enfocarte en algo que nuevamente te llene?
— No — responde de inmediato.
— ¿Por qué? — pregunto curiosa.
— Porque cuando se entere mi familia, me exigirán abandonarlo o ser el mejor. Dejaré de sentir placer nuevamente por lo que hago y causará un nuevo escenario de presión donde debo ser perfecto. — responde con tristeza.
— ¿Qué pasa si no lo eres?
— Seré golpeado hasta que lo sea o me enviarían a alguna escuela que parezca más prisión para no avergonzar a mi perfecta y sobresaliente familia. — responde.
— Eso es cruel.
— Por eso, quiero que me enseñes a no necesitar buscar un escape para sentirme bien. Quiero que me enseñes a que no me afecten sus comentarios para empezar a tomar mis propias decisiones.
— ¿Y qué hay de los golpes? — pregunto preocupada.
— Ya me acostumbré a ellos. — susurra y mi corazón duele ante ello.
¿Cuánto ha tenido que sufrirlo para decir que está acostumbrado?
El chico perfecto del que estaba enamorada, comenzó a verse más humano y con heridas que, aunque no son similares a las mías, puedo comprenderlas y de algún modo, me hace feliz ser la persona a quien confiese incluso su dolor. Nos estamos acercando más.