Capítulo 853 Quedan tres meses

Renata se quedó viendo con la mirada perdida mientras el equipo de servicio pasaba de un lado a otro y presentaba un plato tras otro. Se le llenaron los ojos de lágrimas, y a continuación, las lágrimas rodaron por sus mejillas una gota tras otra. Como las cuentas de un collar que se desprenden de un hilo roto, cayeron sobre la superficie de la mesa de cristal y se hicieron añicos con el impacto. Renata se contuvo hasta que toda la tensión acumulada en su corazón estalló y se desbordó como una presa rota, convirtiéndola en un naufragio de sollozos. «Agonía… La pura agonía». El personal de servicio fue tomado por sorpresa y se apresuró a comprobar cómo estaba Renata: —Señorita… ¿Está usted bien? —Renata sacudió la cabeza y dijo que estaba bien. Mientras hablaba, empezó a trabajar con el tenedor y el cuchillo en el filete de primera calidad que tenía en el plato. Pero cuanto más negaba sus sentimientos, más amenazaban las lágrimas con brotar—. ¿Está segura, Señorita?