Susana quedó mirando los profundos ojos de Fernando, mientras reflexionaba sobre sus sentimientos.
«¿Por qué? ¡Oh! ¿Por qué vio ese indicio de preocupación en sus ojos? Tenía que estar equivocada. ¿Cómo era posible que alguien tan cruel y desalmado se preocupara por ella?».
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