Capítulo 21 Intimidad

La parte inferior en el cuerpo de Fernando Torres se puso erecta, pudiendo apenas contener sus ardientes deseos. —Ahh... —La inexperta Susana gimió incontroladamente mientras su cuerpo se estremecía por la sensación de cosquilleo que le resultaba extraña. Su mente se quedó en blanco y toda su racionalidad y sus modales reservados se hicieron añicos bajo el beso amoroso de Fernando Torres—. ¡Ahhh... eso duele! —Susana sintió una dolorosa sensación que se originó en uno de sus senos en medio de su aturdimiento y gritó de agonía cuando se dio cuenta de que el hombre que tenía delante le había mordido el pezón. Ese dolor hizo que Susana volviera a la realidad—. Fer... Fernando Torres, ¿qué estamos haciendo? —Susana se sonrojó profundamente y se apresuró a arreglar sus ropas desgarradas—. ¡No podemos hacer esto! No podemos... «¡Oh, Dios mío! ¿Qué estoy haciendo? No hay mucha diferencia entre Leonardo Escobar y yo si me hubiera permitido sumergirme en ese placer». —Se retorció para alejarse de aquel hombre mientras quería apartarse del cuerpo caliente de Fernando Torres, pero el poderoso brazo de éste la retuvo sin intención de dejarla ir y se quedó mirando el bonito rostro de la chica con sus ojos lujuriosos. Apretó los labios en silencio, quería que la chica sintiera su pasión, que se extendía como un incendio en su cuerpo debido a su presencia. Acercó la parte inferior de su cuerpo erecto a la sensible parte privada de la chica. Susana sintió que la sangre subía a sus mejillas cuando Fernando Torres fijó su mirada penetrante en ella y la chica trató de evitarla y dijo con ansiedad—: Fernando Torres, no podemos hacer esto. Suéltame... suéltame…