Aparte de algunos rasguños de vez en cuando y problemas digestivos, él nunca antes se había resfriado. Por eso Zhou Xiaoyu nunca imaginó que estuviera enfermo. Pensó que él tenía otros planes o que estaba de mal humor y, por eso, no se había levantado todavía. Por lo general, él se encerraba y no dejaba que nadie lo molestara cuando estaba de mal humor. Zhou Xiaoyu lo pensó por un momento, pero luego salió a comprar algunos ingredientes que necesitaba. Cuando regresó y terminó de preparar el almuerzo, el todavía no se había levantado. Fue entonces cuando percibió que algo no andaba bien.
Zhou Xiaoyu se acercó a su puerta para ver si podía escuchar algo. Como no oyó nada, llamó a la puerta. Xiao Yibo tenía la costumbre de cerrar las puertas cuando dormía. No obtuvo respuesta ni siquiera después de unos cuantos golpes. Entonces, comenzó a ponerse nerviosa.
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