Lu Qi le dijo que saliera del auto y la dejó parada junto al puente. Ella se rodeó a sí misma con los brazos y frunció los labios mientras el auto se alejaba en la distancia. Luego se volvió para mirar a Xiao Yibo.
—¿Por qué está aquí? Hace tiempo que no nos veíamos. —Dejó de dirigirse a él de forma íntima desde los 25 años, pues Yang Jinxi no se lo permitía y Xiao Yibo accedía a esa demanda irracional.
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