Zhou Xiaoyu asintió varias veces al escuchar los consejos de Wang Min. Zhou Hua era instructor de la agencia de gestión de talentos por lo que no esperaba que la recomendara. La única razón por la que estaba tan atenta durante sus clases era su pasión y determinación por asegurar un puesto como asistente de celebridades. De hecho, dedicó más esfuerzo a su formación en la agencia que a sus estudios universitarios. «Mantener los ojos abiertos en todo momento y ser observadora». Zhou Xiaoyu guardaba varias de sus lecciones cerca de su corazón. Al ser todo oídos y escuchar diferentes puntos de vista mientras estaba en la agencia, Zhou Xiaoyu se había enterado de los cotilleos comunes sobre la vida privada de las celebridades y se había puesto al tanto de lo que se debe y no se debe hacer en varios asuntos de la industria. Zhou Hua también le había transmitido una cantidad considerable de conocimientos. Quizás se debió a que se destacaba entre los demás adiestrados por su excelente disciplina o por su extraordinario interés en aprender. En los últimos meses, Zhou Hua se había encariñado con ella por su ética y constancia en el trabajo. De esta manera, logró trabajar para Wang Min. «Solo ofrezco una oportunidad. Si cometes algún error imperdonable, estás fuera». Esta resolución resonó en Zhou Xiaoyu; no cometería ningún error, porque no quería marcharse. Como no tenía posibilidades de reunirse con su hermano, solo podía cuidar de él si estaba cerca.
—Ve a echar un vistazo a su suite. Ya debe estar listo. Límpiala un poco y come algo antes de ir a la sede.
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