Acto seguido, Mo Bai sacó a Mingming de la sala de urgencias sin esperar la respuesta de Tian Xu.
Mo Bai no pronunció palabra, ni siquiera después de que recorrieran un largo trayecto en el auto. Mingming pensaba en su abuelo, no lograba pensar en nada más. Cuando el auto se detuvo pudo ordenar sus pensamientos. Al mirar por la ventanilla, se dio cuenta de que habían llegado a su nuevo hogar.
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