Ella lo miró mientras él entraba en la habitación y notó que no cerró la puerta. Después de quedarse junto a la puerta y dudarlo un poco, entró.
La habitación estaba poco iluminada y apestaba a alcohol. El hombre se arrastró hasta la cama y se durmió. Ella encendió las luces, se acercó y lo miró en la cama. Su corazón empezó a latir con fuerza mientras pensaba: «Te extraño tanto, Mo Bai. Aunque seas un maldito que abusó de mí y aunque deba dejarte y odiarte, te echo tanto de menos; como Xiao Chen».
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