—Mi abuelo me decía que no podemos derrochar la comida.
Entonces la habitación se llenó de sus ruidos al morder la manzana y chasquear los labios entre mordida y mordida. Jin Ling estaba de pie en el comedor y su rostro se iba volviendo verde ante la escena. «Si esa chica se casaba en su familia, ¿no sería ella el hazmerreír?».
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