El hombre de mediana edad se sorprendió y luego las escaneó. Como si hubiese recordado algo, no tomó el dinero. En su lugar, se dio la vuelta y se sentó en una escalera junto a ellas.
—Hermano, eso es mucho dinero. ¿Por qué no lo tomas? —El hombre escuálido se agachó delante de él.
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