Hu Tu pensó que su madre suponía que alguien como Ning Jian podría hacerla entrar en la Universidad C solo con ayudarla a estudiar, pero ella sabía que no era así. No quería decirle a su madre que ni siquiera un arcángel podría ayudarla porque sus resultados académicos eran pésimos. Aun así, la niña se levantó de manera obediente y se inclinó.
—Gracias, Tío Ning Jian. —Fue gentil, comprensiva y obediente, pero sus ojos se oscurecieron, aunque nadie pudo verla.
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