Xue Kai se llevó una cucharada de avena a la boca mientras asentía con despreocupación.
Era un desayuno abundante, pero Wen Xicong no se sentía nada cómoda. Era muy agotador tener que representar aquel papel. El Señor y la Señora Xue no hicieron más preguntas. En cambio, al salir de la casa le recordaron que debía cuidarse y volver más a menudo.
Obtiene más cupones de libro que los de la appRecargar
Ir a la app de Joyread
Sigue leyendo más capítulos y descubre más historias interesantes en Joyread