Mu Qiao se llevó a la boca el último bocado de arroz, se puso de pie y dejó sus palillos sobre la mesa.
—Por el bien de ti y de la felicidad de Mu Ying, sugiero que Mo Xiaoyou sea puesta bajo mi custodia. Puedes visitarla cuando quieras, y no necesitaré que me des la pensión alimentaria. No me importaría si decides tenerla bajo tu custodia, pero deberás permitirme visitarla seguido.
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